Cinco años contaba Chicuelo II cuando murió su padre, y al quedar bajo el amparo de un tío suyo, el banderillero Eduardo Borrego (Zocato), hizo éste con él una especie de "cría lucrativa del fenómeno", dadas las precoces habilidades del chiquillo para torear.
El 28 de septiembre del año 1919 tomó la alternativa en la plaza sevillana de la Maestranza de manos de Juan Belminte, mediante cesión del toro Vidriero, cárdeno, de Santa Coloma, doctorado que le confirmó Rafel el Gallo en Madrid en la corrida de la Prensa celebrada el 18 de junio de 1920, cediéndole el toro Volandero, jabonero sucio, de Veragua.
Hombre de baja estatura y de brazos cortos, si con el capote y la muleta ha hecho verdaderas maravillas, lo mejor de todo su toreo ha sido la gracia personalísima y primorosa que supo incorporar al mismo, con una naturalidad y una gallardía, con temple tan exquisito, con arte tan depurado, que viendole en una tarde de inspiración parecía tocado por todas las gracias y todos los genios del toreo.
Fotografías: Manuel Vaquero (ARCHIVO RAGEL)
Textos: Historia de los matadores de toros "DON VENTURA"
Me había asustado despues de un mes sin entradas nuevas en este estupendo blog. Un saludo, y gracias por seguir publicándolo.
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